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Síntomas psicológicos y emocionales de la ansiedad

 

Los síntomas de los que hablamos en este artículo sobre la ansiedad, no son el origen del problema, es importante que quede claro; son el resultado de la pérdida del equilibrio en nosotros.

Te sugerimos que busques ayuda profesional. Saber que origina tu ansiedad es el primer paso para ponerle solución. Ponte en marcha, la vida es tomar decisiones. Descubre que te muestra la ansiedad sobre ti y tu forma de vivir…

Lo importante es que no normalices vivir en estado de ansiedad; porque lo natural es vivir libres de ansiedad.

Es fácil identificar cuando a alguien le está dando un ataque de ansiedad: si le falta el aire, si no es capaz de controlar sus movimientos, si empieza asudar de repente, cuando aparece el llanto o los problemas intestinales…

Y, es que se habla mucho de los síntomas físicos de la ansiedad, pero… ¿qué ocurre con los síntomas psicológicos o mentales?

A menudo, estos síntomas son más intrusivos; aunque más silenciosos, y nos acompañan durante la mayor parte del día, en las actividades cotidianas; y sin embargo, al no ser algo tangible le damos menos importancia. Incluso, las personas de nuestro alrededor pueden pensar que estamos siendo bordes o maleducados por no saber qué ocurre dentro de la mente de una persona con ansiedad.

Es más, puede que tengas ansiedad sin tener ninguno de los síntomas físicos, y por tanto, la estés reprimiendo o pasando por alto. En este artículo te exponemos algunos de estos síntomas:

 

Dificultad para pensar y tomar decisiones

Nuestro cuerpo utiliza la ansiedad como un recurso para evitar lesiones o pérdidas, por lo que cuando estamos muy ansiosos, es posible que tengamos dificultades para tomar decisiones importantes, ya que inconscientemente sabemos que puede causarnos sufrimiento.

El miedo al fracaso te paraliza por completo. ¿Te ocurre?

Tal vez buscas la lógica en situaciones irracionales en vano, esperas datos que nunca llegarán, dejas que otros decidan por ti, o pospones repetidamente las acciones de forma indefinida.
La ansiedad, interactúa de forma activa con nuestra forma de razonar y tomar decisiones; lo que provoca que nos paralicemos, evitemos tomar la decisión o simplemente dejemos de actuar.

 

Sentirse agitado o tenso, sin razón aparente

Puede que te suceda nada más levantarte. Tienes pensamientos o a veces sólo son sensaciones que sabes que son irracionales, pero que te generan esa angustia. ¿Te ha pasado?

Estás viendo una película y empiezas a sentirte agobiado; ya estás atrapado en ese agobio sin saber por qué, pero, sin poder dejarlo pasar; sin que aparentemente esté relacionado con ningún suceso de tu momento presente, pero llega hasta tal punto que tienes que dejar de ver la película porque no aguantas más.

Puede que te haya pasado estando con tus amigos. Empiezas a sentir una sensación irracional que te genera mucho malestar, tanto, que finalmente ya no estás disfrutando, te incapacita y tienes ganas de irte. Estás tenso, y como los demás parecen estar siendo espontáneos y disfrutan de algo que debería ser agradable, te castigas aún más con tus pensamientos.

Sentir que va a pasar algo malo

Hasta tal punto, que sientes algo que no ha pasado, como una verdad absoluta; inclusive, lo confundes con tu intuición, lloras o te enfadas con personas sólo en tu mente.

Esto puede que se desencadene por un sentimiento (sintiendo que algo malo puede pasar), o por el pensamiento (rumiar que algo malo puede pasar), a raíz de cualquier pequeño indicio o a cuento de nada.

Sólo tenemos la certeza de que una cosa es real:  lo que sientes, tus emociones y sensaciones

 

Irritabilidad y sentirse malhumorado con los demás

Ya estás tenso, y las interacciones sociales te ponen en una situación que te desborda emocionalmente. 

Quieres estar solo, y te molesta todo lo que te dicen, hasta de las personas que te importan y a quienes quieres (normalmente son con quienes descargamos nuestras frustraciones y miedos).

Estás en un estado emocional donde tienes la mecha muy corta y cualquier pequeño suceso puede hacerte detonar y estallar contra todo.

Como resultado, cualquier interacción te conduce reacciones hostiles. Por ejemplo: gritarle a tu madre o a tu pareja y buscar pelea sin motivo alguno.

 

Sensación de irrealidad o desrealización

 

«Siento que estoy en un sueño, que estoy en una película y que todos son actores. Siento que yo estoy atrapado dentro de mi mente y todo lo demás parece una película o un recuerdo. No entiendo las cosas que ocurren a mi alrededor. Siento que sólo estoy sobreviviendo, vivo como dentro de una burbuja y no me doy cuenta de lo que hago o lo que ocurre. Todo es extraño y yo siento que no sé ni siento nada, vivo pensando y atrapado viendo pasar los días iguales. Me hablan y no me entero de lo que me dicen.»

¿Te identificas? Tal vez hayas perdido la perspectiva de la realidad. La desrealización es un síntoma natural de un trastorno de ansiedad que forma parte del mecanismo de defensa natural de tu mente contra el trauma y el shock. Te «protege» de la realidad y te hace sentir como si tú y el mundo fueran irreales.

 

Despersonalización. Sentirse desconectado de uno mismo

Esta alteración mental está muy ligada con el punto anterior. Puede que sientas cosas como estas:

«No consigo ser yo» «me siento desconectado de mí mismo» «ya ni sé que es lo que me hace feliz».

Puede que sientas que has perdido habilidades o características que antes tenías. Te notas raro cuando actúas en ciertas situaciones o no eres capaz de ser consistente en alguna cosa, aunque se te dé bien.

Te sientes como un extraño, y te afecta a la hora de relacionarte y de hacer las cosas más cotidianas. Funcionas en piloto automático. No puedes evitar la sensación de percibirte anulado, cuando tienes que ocuparte de tus obligaciones y responsabilidades. Tal vez, no te reconoces en el espejo. Puede que tengas problemas para expresarte y para entender a los demás.

Piensas en la persona que eras en el pasado, y sientes, que desapareció y que sólo queda este sujeto, que ya no siente nada.

 

Productividad baja

Ahora bien y desde el punto de vista del rendimiento, ¿cómo nos afecta la ansiedad?

La ansiedad, genera una sensación de agotamiento mental constante, como si ya no te quedaran fuerzas para avanzar. Esta situación, provoca, que te cueste hacer tareas complejas y prefieras apostar por tareas de placer inmediato, como comer comida basura o ver una serie. Te hace sentir culpable, y aún más miedo a enfrentarte a la tarea que has postergado. Se suele convertir en un círculo vicioso. Estar preocupado/a constantemente provoca dispersión, agotamiento y falta de concentración. Esta dispersión mental te impide mantener un nivel de atención sostenido en cualquier tarea, por lo que tu rendimiento se ve perjudicado por la sobreestimulación que genera la ansiedad.

Pereza y apatía

«No hay nada que me emocione». «Sólo quiero estar tirado en la cama». «Me siento cansado todo el día».

La apatía, es un estado de desmotivación o falta interés por diferentes aspectos de la vida y, generalmente, está relacionado con sensaciones de malestar o desesperación. La mayoría de los estímulos son indiferentes a nivel cognitivo y emocional, y esto inhibe el deseo de actuar.
Esto puede provocar que la persona reduzca su rendimiento y esfuerzo para realizar diferentes tipos de tareas, lo que a su vez, retroalimentará la desmotivación.

 

 

Sobrepensar nuestros defectos

«¿Por qué me comporto así?» «¿A quién le puede gustar esto de mí?» «Soy horroroso/a»

Algunas personas que están insatisfechas con su físico o con su personalidad, hasta tal punto, que se vuelve una obsesión. Estas manías, conducen a que tengamos una impresión de nosotros mismos completamente irreal. Nos sentimos acomplejados y eso nos empuja a aislarnos socialmente.

 

Algunas personas piensan que esto es normal y que ésta es su manera de vivir… Desde psicología de a pie sabemos que ni es normal (aunque sí muy habitual) ni es un callejón sin salida… ¡Se puede salir de la ansiedad! y muchos de nuestros pacientes ya lo han comprobado. Descubrirse a uno mismo y sus por qués es la llave para empezar a vivir.